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¿Un dedo en el trasero? Ahora no. Hablaremos después. Quiero que sepas que entiendo. Aunque seamos enemigas tú y yo, entiendo la furia que te impulsa. Estuve allí aquel día que Sir Gregor aplastó la cabeza de tu amante. Si cierro mis ojos puedo oír cómo se parte el cráneo de Oberyn. El sonido de tu grito. Nunca escuché un sonido como ese. Pensé “Eso es amor verdadero”. Oberyn se veía hermoso ese día. De verdad. Nadie se movía como él. Nadie era tan habilidoso con una lanza. Ni siquiera Sir Gregor lo pudo detener. Si tan sólo no lo hubiera provocado podría haberse ido y dejado que muera el pobre Sir Gregor. Pero así no era tu amante, ¿cierto? Ahora está enterrado en algún lado. Y aquí está Sir Gregor, más fuerte que nunca. Debe ser difícil para ti. Cuando me arrebataron a mi hija, mi única hija Bueno, no puedes imaginarte cómo se siente a menos que hayas perdido a un hijo. La amamanté yo misma aunque me decían que se la diera a la nodriza. No podía soportar verla en los brazos de otra mujer. Nunca pude tener una madre, pero Myrcella sí. Era mía, y me la quitaste. ¿Por qué hiciste eso? Ya no importa. Tu hija es una belleza, también. Esos ojos marrones. Esos labios. Una belleza dorniense perfecta. Supongo que es tu favorita. Ya sé, no se supone que tengamos favoritos pero igualmente, somos humanos. Amamos a quien amamos. Lo siento, no puedo entenderte. Con la mordaza es imposible que sepa lo que dices. Debe ser frustrante. Todos tomamos decisiones. Tú elegiste asesinar a mi hija. Debes haberte sentido poderosa luego de tomar esa decisión. ¿Ahora te sientes poderosa? No duermo muy bien. Para nada, la verdad. Me recuesto en la cama y veo el dosel e imagino formas de matar a mis enemigos. Cómo destruir a Ellaria Arena, la mujer que asesinó a mi única hija. Pensé en hacer que Sir Gregor aplaste tu cráneo, como hizo con Oberyn. Sería poético, supongo, pero demasiado rápido. Pensé en hacer que le aplaste el cráneo a tu hija. Es tan hermosa. El solo pensar de que este rostro encantador se parta como un huevo, no, no está bien.



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