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¿Dónde tienen a Hasan? ¿Por qué? Dímelo… En la cárcel de Nigde. ¿Por qué? Allí han asesinado a un preso llamado Hasan. Déjame el periódico. No dicen el apellido, pero creo que es nuestro Hasan. Mis condolencias. Mis condolencias. Que Dios le ayude. Mis condolencias. Gracias. ¿Qué podemos hacer? Es el destino, pero se me rompe el corazón. No me tengas en ascuas. ¿Hay noticias de Hasan? ¿Hay carta? ¿Le ha pasado algo? ¿Está enfermo? El destino nos lo ha quitado. No te desesperes. Hasan ha muerto. ¡Para! ¿A dónde vas? ¿A dónde te vas? Eres la mujer de Hasan. ¿Por qué abandonas tu casa? Ahora, la mitad de las propiedades te pertenecen. Es tuya la mitad de la casa, de la tierra, del agua y de la cosecha. Usted es su madre y es como una madre para mí. Dígaselo. Haga que vuelva. Yo también creo que debería volver. Gracias, madre. Tiene razón. Venga, vamos a casa. Bahar, querida cuñada… ¡Soy un idiota! ¿Ves lo que has hecho? Has vuelto a decir ‘querida cuñada’. ¡Que Dios me maldiga! No lo haré más. Hacer una proposición no es fácil. Encontraré la manera. Bahar, querida Bahar… Ten piedad. ¿No ves que estoy enamorado? No podemos seguir así. Todo lo que tengo es tuyo: mi casa, mi agua… Sólo di que serás mía. Aceptas, ¿verdad? Tienes las manos delicadas, no tendrás que trabajar duro. Te trataré como a una princesa. Tendrás los mejores manjares. Aceptas, ¿verdad? Dirás que sí, ¿verdad? Es una carta. No, es mía. Lo has entendido mal. Déjame en paz. Tu Osman es un miserable, ha ido demasiado lejos. Ni te escribe ni te envía dinero. Se ha desentendido. Se ha olvidado de mí. Si al menos pudiera hablar con Bahar. Tarde o temprano saldré de aquí y entonces, ya veremos. Querida Bahar, no hagas la cama. Este año habrá sequía. Está claro que no podemos depender de Osman para el agua. Recemos para que llueva. Primero dices que no hay que ir contra la voluntad de Dios y luego dices que pidamos lluvia. Si Él no quiere que llueva, es inútil insistir. Osman ha robado la sangre de la tierra y no podemos detenerlo. No tenemos poder,



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