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¿Qué dices? Me llama por teléfono, quiere verme. ¿Te acuerdas que en casa de los Dandini… me paré a hablar con un hombre? ¿Puedo hablarte un momento, Mavi? Desde hace mucho tiempo tengo algo que decirte. Me gustaría verte un día de estos. Ahora podemos hablar. ¿Te refieres a una historia que se remonta ha hace más de veinte años? ¿Cómo lo sabes? Lo intuía. Te das cuenta que la paternidad no es un hecho literario. Tu madre dijo que si te hubieras visto bien en el espejo… te habrías dado cuenta que eres hija mía. ¡No es verdad y nunca lo habría aceptado! Mira nuestras manos. Lo he odiado desde niña, no sé porqué. Y en cambio él me adora desde que nací, sin poder decírselo a nadie, ni tan siquiera a mí. Sin poder tocarme, ni acariciarme. Porque siempre he mostrado hacia él una repulsión instintiva. Lo creía un amigo de casa, cuando lo veía, escapaba. ¿Por qué? Tú no tienes la culpa. No tengo la culpa, ¿verdad? ¿Ves a aquélla chica de allí? Sí. Hace dos días iba con un amigo en una moto… y a unos diez Km. de Roma pinchamos. A lo lejos vimos una moto aparcada… y me acerqué a pedirles un destornillador. Cuando llegué me encontré a esa chica con un tipo desnudos. Ves, también me ha reconocido. Niccolo acuérdate de los sellos. Estaré loco pero me gustaría hacer una película con ella… le doy toda la libertad para hacerlo. Encontrará un guión en casa. Gracias. A ver donde están esos condenados sellos. Un catálogo Las voces del más allá… o bien… Piensa, yo existo. Prueba objetiva de una vida después de la muerte. La máxima libertad, y me envía un guión. Listado de personas que han comunicado con lo desconocido. Casi, casi llamo por teléfono a alguno de ellos. ¡Oh, Dios…! Si la dejara. ¿Cómo? Estás desaparecido, ¿qué te sucede? Pues que si no la planto con esta historia, ya no soy capaz de hacer nada. Eh, piénsalo dos veces antes de terminar la historia. ¿Y por eso has vuelto a casa? ¿Quién ha dicho que la vida familiar interfiere en la vida privada? Ya no pienso en mí, ni en la película que quiero hacer.



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